miércoles, 2 de noviembre de 2016

La Economía.

Durante el Gobierno de Guzmán Blanco, comenzando en 1870, logró la Colonia muchos progresos, los cuales se reflejaron en la economía de la misma. La próspera economía del café indujo a los colonos a expandirse fuera de los límites de la Colonia, cultivando las tierras al norte de la cordillera.


Con el correr de los años, y a pesar de numerosos contratiempos, los “Colonieros”, denominación con la que desde un principio se conoció a los descendientes de los colonos alemanes, fueron intensificando el cultivo de legumbres, verduras y frutas, que se vendían bien en Caracas o en La Victoria. Aprovechando así mismo la magnífica calidad de las maderas en las zonas próximas a la Colonia Tovar, los Colonieros comenzaron la fabricación de toneles que se vendían, especialmente en La Victoria.

Actualmente, los fines de semana y días feriados, cerca de la iglesia, los agricultores y artesanos instalan un mercado con puestos de venta que asemejan viviendas típicas con techos rojos, ofreciendo productos de la zona, principalmente, frutas, flores, hortalizas, vegetales, dulces y artesanías.

Los colonieros producen rubros originados en la cultura europea, como duraznos, tomate de árbol, granadillas, fresas, moras, higos, hortalizas. La artesanía en general está representada en la manufactura del pan, charcutería, pastelería, salsas y pasta, cerveza, madera, cerámica y hierro forjado. Notable es la fabricación de toneles de madera de calidad, que gozan de fama dentro y fuera de la región.

Con la afluencia del turismo desde los años 1960, se construyeron hoteles en cabañas de ambiente acogedor y familiar. También se instalaron restaurantes en cabañas tradicionales, donde se sirven platos característicos de la cultura coloniera. El turismo, procedente principalmente de Caracas, Valencia y Maracay, ha ido desplazando a la agricultura como principal actividad económica en la colonia desde entonces.















Los Empresarios.

El donante de las tierras donde se asentó la Colonia Tovar fue Don Manuel Felipe de Tovar, y la empresa para el proyecto de fundación y explotación de la Colonia se formó con dos socios activos que eran: Agustín Codazzi y Ramón Díaz, y un fiador que fue Don Martín Tovar y Ponte.

Los contratos con los inmigrantes, tanto casados como solteros, fueron firmados en Endingen, en la Posada llamada Der Pfauen, ubicada a pocos metros de la puerta de entrada de la ciudad (Stadttor) enclavada en las aniguas murallas de protección de la época medieval.









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